En diferentes aspectos de nuestras vidas debemos tomar numerosas decisiones, tanto a grandes como pequeños problemas que se nos presentan.
Gran parte del trabajo de quien asume un puesto de responsabilidad consiste en resolver problemas y en tomar decisiones, los que están ocupando dichos puestos lo saben, ya sea para lanzar un nuevo producto, desarrollar mercados, adquirir equipamientos o bien para contratar colaboradores.
La experiencia indica que muchas veces las soluciones se buscan por reacción y no como prevención a los problemas. Los gerentes en diversas oportunidades encuentran poco el tiempo para resolver problemas y la tendencia es buscar fórmulas que hayan funcionado en el pasado. ¿Pero es ésta la mejor alternativa?, la respuesta desde ya, es que no siempre lo es.
Es más, algunos apuestan, en el literal sentido de la palabra, a “soluciones mágicas”, dejando librado al azar la suerte de su empresa. Aunque parezca un poco demencial, sabemos que esto ocurre con la más frecuencia de la que desearíamos.
Claramente esto no puede seguir así, y si pretendemos mejorar la perfomance de nuestra empresa, debemos mejorar la calidad de nuestras decisiones.
En otro orden, pero no menos importante, es necesario tener en cuenta el trabajo en equipo para la toma de decisiones, varias miradas contribuyen a abrir un abanico de posibilidades que no podemos darnos el lujo de desaprovechar. Obviamente para conformar estos equipos se deben tener en cuenta las capacidades, el compromiso y la responsabilidad de cada uno de los integrantes.
Nos guste o no, la esencia de la labor gerencial es tomar decisiones y la mayoría de las estas decisiones las debemos tomar en un marco de incertidumbre, por lo que en principio hagamos lo que hagamos, analizando las alternativas y sus posibles resultados, no vamos a saber la consecuencia de nuestras decisiones hasta que las tomemos.
A su vez, no hay nada que garantice que las condiciones en las que se tomó la decisión sigan siendo las mismas, ya que estamos insertos en contextos que cambian constantemente.
Simón supo decir: “constantemente optaremos por el curso de acción que consideremos lo “suficientemente bueno” a la luz de las circunstancias dadas en ese
momento”.
Todo esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia que tiene para el mundo de los negocios que las personas que ocupan posiciones relevantes mejoren sensiblemente sus habilidades para tomar decisiones.
Sin temor a exagerar la calidad de nuestras decisiones condicionan el futuro de nuestra empresa, es por ello, que debemos preocuparnos y ocuparnos en conseguir conocimientos y herramientas que profesionalicen la toma de decisiones gerenciales en nuestro negocio.
Nuestra capacidad de tomar decisiones tiene que ver con asumir riesgos, ser creativo y buscar alternativas a problemas o retos, inclusives aún no existentes.
En este sentido, este curso cuenta con características particulares que lo hacen sumamente práctico y atractivo, por lo que me atrevo a señalar que el alumno al finalizar el mismo efectivamente contará con los conocimientos y las herramientas necesarias para mejorar la toma de decisiones gerencial.
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