La presión laboral es una realidad que llegó para quedarse.
Querer vivir sin ella es una utopía. Lo que sí podemos hacer es:
Entender cómo somos para disminuir su impacto en nosotros
Encontrar qué la genera para reducir la que podamos eliminar
Cambiar nuestra manera de pasarla a nuestros colaboradores
Entender que las metas son una consecuencia de nuestro trabajo, no una causa para llegar a ellas
Saber que la productividad reduce la presión
Y mucho más
Las empresas quieren tener más ingresos, las personas también. Somos cada día más exigentes, ponemos metas más altas y queremos lograr más en el mismo tiempo.
Si entendemos que nuestro tiempo es limitado sabremos que la presión aumentará si buscamos más. Por lo tanto lidiar con la presión que vendrá es una acción imprescindible.
Nuestro cerebro toma la presión como un disparador. Las glándulas encargadas de prepararnos para la situación comienzan su trabajo. Nos ponemos en modo pelea/huida. Cortisol y adrenalina se riegan por nuestro cuerpo. Pero no a todos nos pasa igual ni en la misma medida. ¿Por qué? Porque estamos programados diferentes. Algunos aprendieron a lidiar con situaciones de estrés, otros a convertir la presión en estrés. ¿Cómo eres tú?
¿Sabes lo que tienes que hacer para lidiar con la presión en el trabajo?
Te invito a que tomes el curso para que bajes el estrés generado por esa presión y así sentirás menos presión.