La convivencia es una condición para el aprendizaje, influye en la tarea pedagógica, social y relacional de los niños y adolescentes. Y en este curso aprenderemos precisamente eso: cómo tener convivencias saludables y no violentas.
Hay una relación estrecha entre el clima que se genera en las escuelas y el aprendizaje de los alumnos. Una convivencia inadecuada puede causar, entre otros factores, violencia, niveles de estrés y ansiedad en los alumnos, lo que provoca bajo aprovechamiento académico y puede ser factor de deserción escolar; en cambio un adecuado ambiente en la escuela promueve un buen aprovechamiento.
A través de los módulos de este curso, te estaré enseñando:
Y muchos atributos más que tú como docente debes ganar para crear ambientes libres de violencia.
La convivencia escolar es una condición constitutiva de la calidad de la educación y una base fundamental para el aprendizaje, ya que niños y niñas con tranquilidad se concentra mejor y construye sus conocimientos con mayor facilidad.
El trabajar la empatía, asertividad, escucha activa, resiliencia, participación, trabajo en equipo, negociación, manejo de la presión del grupo, tolerancia a la frustración, perseverancia, entre otras, son habilidades que contribuyen a ello, así como a la prevención de conductas de riesgo fortaleciendo la capacidad de los alumnos para la toma de decisiones reflexivas y asertivas.
El desarrollo de habilidades sociales, relacionases y emocionales se transforma en una oportunidad para la escuela, a fin de contribuir al fortalecimiento personal y al funcionamiento social de los alumnos, en tanto que favorecen la autoestima y la identidad; la autorregulación de las emociones e impulsos; el respeto de las reglas; el manejo y la resolución de conflictos y al establecimiento de relaciones inclusivas, armónicas y pacíficas.